viernes, 18 de julio de 2008

Pánico mío, que caminas a mi lado-


Lo miro desde lejos, mientras muta y cambia de tamaño. Crece a veces con violencia, a veces con miel. No sé qué es ahora, no sé qué fue recién, pero me falta el respeto, traspasando mis límites, violando las distancias. Quema, y siento cerca su calor. Mi piel entera se pone alerta y tiemblo-

No me grito, porque sino no me escucho: CALMATE YA! Pero tengo tanto miedo a ver. Quién es? Quién era? Está ahí desde hace mucho. Me preguntó qué será la próxima vez qe abra los ojos. Apelo a la razón, al tiempo, a lo que siempre creí. Convivimos uno dentro del otro y nos hemos mostrado todas las máscaras. Eso debería alcanzar.

Entonces el abismo; entonces la agonía; entonces la caricia que se convierte en puño. Entonces el amor no es suficiente; entonces me escondo, en mi lugar, quietita y lloro para adentro esperando que me ahoguen mis propias lágrimas. He aprendido más del odio que de este amor.

No voy a correr. Me salvarías si en vez de tener que alejarme yo, vos no te acercaras...


2 comentarios:

Julieta Pinasco dijo...

Agus, cada tanto entro. Te leo, me emociono y me voy sin dejar huella de mi paso, Pero hoy quise. Muy bueno, nena, lo que escribís. De verdad, muy bueno. Y lo digo con el orgullo de una madre porque algo de lo que habré dicho en esas aulas hace ya mucho tiempo cuando sufrías tanto porque eras diferente a esa banda de "desquiciados", habrá encontrado tierra fértil en vos y te ayudó a encontrar en las palabras escritas el consuelo que ellas dan a los que se atreven a mirar más y más en lo más profundo y denso de su corazón.
Un fortísimo abrazo
Julieta Pinasco

Martín.- dijo...

oooo, me hizo acordar algo esto...

aca me encontré yo...