jueves, 28 de mayo de 2009

La que no soy


Si destierro lo natural
y vivo de lo naturalizado;
si olvido la revolución
y me detengo solo en el cambio;
si me arranco las plumas
pero me dejo las alas;
si me guardo la sangre
pero no la escucho;
me muero yo
y se queda la otra.

viernes, 22 de mayo de 2009

Cortar por lo sano

Acierta tu palabra letal en el blanco de mi alma.
Aspira hasta la última de mis voluntades,
exprime mi aliento.
Cambia mis rosas por espinas.
Pinta de negro el dorado de mi otoño.
Apaga el canto de mis sirenas,
quítale el murmullo a nuestro mar.
Rompe tus promesas y mis planes.
Secame el cuerpo.
Más no me sometas a la agonía
de no saber si eres todo mío.

martes, 19 de mayo de 2009

lunes, 18 de mayo de 2009

Despedida

Mejor no digamos nada,
flotar y después partir.
Así no nos tapa el agua,
y entonces, sobrevivir
Con este silencio espeso
que llora cuando te beso.
No hay nada que vos no sepas,
mi esencia la conocés.
Sé dónde esta mi cabeza,
más no dónde van mis pies.
Con este silencio espeso
que llora cuando te beso.
Serás mi mejor recuerdo,
Seré tu mejor canción.
No guardes celoso el cuerpo,
guardate mi corazón.
Con este silencio espeso
que llora cuando te beso.-

Coplas Para Raimundo


La noche que siempre guarida
de amores furtivos y sueltos,
no es más que la espera del día,
no es más que cajones revueltos.
Tus ojos me han engañado
diciendo que me querías
pero por unas monedas
hasta los ojos vendías.
El sapo vive soltero
sin preocuparse por nada.
Ni va para el matadero,
ni sirve como carnada.
El carnaval es un duende
que siempre duerme la siesta
y se despierta en febrero
para andar de fiesta en fiesta.

domingo, 17 de mayo de 2009

Mar de fondo

Toqué el fondo, estoy segura. Oí, como un estruendo, el ruido de mi cuerpo al impactar. Toqué fondo.

De boca hacia arriba intento medir los daños. No me voy a mover. Tengo miedo de poder seguir cayendo. Está negro y espeso y sólo y no hay nada para ver, ni sombra a la que acostumbrarme. Pienso que estoy a salvo si me quedo quieta. Sólo queda respirar.

Intento reconstruir mi imagen. No tengo dónde mirarme y sólo puedo imaginar como han quedado desparramados mis pedazos. Junto mis ojos rojos, con mi boca algo estirada y los pongo en una cara sucia, enmarcada por el pelo de lana apelmasada. No sé si sea yo, pero así me veo desde adentro y desde afuera. Ayudaría mucho estar bonita cuando me deprimo.

Mi pequeño universo conocido está vacío. La nada y el fondo parecen la misma cosa. No es como estar en casa, sino más bien en casa de otro. Una casa que no reconozco como propia pero que he visitado muchas veces y sé como huele y donde están las manchas de humedad. Ya me había sentido sentido vacía antes... antes de caer, pero esta era la primera vez que caigo en el fondo. Anteriormente había caído en desgracia, e incluso en desuso, pero nunca en el fondo ¿Cuándo fue?

Primero flotar, después sólo quedaba la vida cuesta abajo y ya sabía como era. Puedo cerrar los ojos. El silencio es una tiza chillando contra una pizarra. Decido escuchar mi corazón, sincronizarlo con mi respiración y hacerme cargo de que soy yo y que sigo viva. Fue un golpe fuerte y sobreviví.

Es más difícil sobrevivir. Coraje.

¿Hace cuánto qué estoy acostada boca arriba, sin sombra a la que acostumbrarme, aturdida por mis latidos? Todo mi cuerpo está marcado y dolorido. Llovieron meteoritos sobre mi. Planeo hacer uso de mi derecho de llorar y llorar hasta quedarme dormida. No falta mucho para que amanezca. Recuerdo haber preguntado la hora mientras caía.

Me despierta mi deseo de ver una luz. Son más bien penumbras que me permiten ubicar un suelo rocoso, abrazado a una pared que parece eterna. Es mentira, es finita, como mi caída. Allá, donde termina la eterna mentira del muro, hay un punto naranja. ¿Será el sol?

Me paro. Duele. Me arden las manos como para trepar, pero no tengo nada mejor que hacer.