domingo, 17 de mayo de 2009

Mar de fondo

Toqué el fondo, estoy segura. Oí, como un estruendo, el ruido de mi cuerpo al impactar. Toqué fondo.

De boca hacia arriba intento medir los daños. No me voy a mover. Tengo miedo de poder seguir cayendo. Está negro y espeso y sólo y no hay nada para ver, ni sombra a la que acostumbrarme. Pienso que estoy a salvo si me quedo quieta. Sólo queda respirar.

Intento reconstruir mi imagen. No tengo dónde mirarme y sólo puedo imaginar como han quedado desparramados mis pedazos. Junto mis ojos rojos, con mi boca algo estirada y los pongo en una cara sucia, enmarcada por el pelo de lana apelmasada. No sé si sea yo, pero así me veo desde adentro y desde afuera. Ayudaría mucho estar bonita cuando me deprimo.

Mi pequeño universo conocido está vacío. La nada y el fondo parecen la misma cosa. No es como estar en casa, sino más bien en casa de otro. Una casa que no reconozco como propia pero que he visitado muchas veces y sé como huele y donde están las manchas de humedad. Ya me había sentido sentido vacía antes... antes de caer, pero esta era la primera vez que caigo en el fondo. Anteriormente había caído en desgracia, e incluso en desuso, pero nunca en el fondo ¿Cuándo fue?

Primero flotar, después sólo quedaba la vida cuesta abajo y ya sabía como era. Puedo cerrar los ojos. El silencio es una tiza chillando contra una pizarra. Decido escuchar mi corazón, sincronizarlo con mi respiración y hacerme cargo de que soy yo y que sigo viva. Fue un golpe fuerte y sobreviví.

Es más difícil sobrevivir. Coraje.

¿Hace cuánto qué estoy acostada boca arriba, sin sombra a la que acostumbrarme, aturdida por mis latidos? Todo mi cuerpo está marcado y dolorido. Llovieron meteoritos sobre mi. Planeo hacer uso de mi derecho de llorar y llorar hasta quedarme dormida. No falta mucho para que amanezca. Recuerdo haber preguntado la hora mientras caía.

Me despierta mi deseo de ver una luz. Son más bien penumbras que me permiten ubicar un suelo rocoso, abrazado a una pared que parece eterna. Es mentira, es finita, como mi caída. Allá, donde termina la eterna mentira del muro, hay un punto naranja. ¿Será el sol?

Me paro. Duele. Me arden las manos como para trepar, pero no tengo nada mejor que hacer.

3 comentarios:

Julieta Pinasco dijo...

Agus, hay personas que, simplemente, viven: a nosotras lo único que nos toca siempre es sobrevivir. Pero cuando un día abrís los ojos y ves que los músculos te duelen de tanto vivir se inaugura un espacio -aunque sea pequeño- de felicidad.
Yo soy una sobreviviente continua y no lo cambiaría por, simplemente, vivir.
Nena, vamos... siempre vuelve a ser azul el cielo; sólo que a veces tarda más.
Un beso enorme.
Juli
PD: entré muchas veces a ver si habías vuelto porque te extrañaba

Unknown dijo...

extrañaba leerte... no me diste tiempo a contestarte, cuando volvi con mi cafe no estabas!

es sinceramente un texto triste para empezar el segundo volumen de este libro que es tu vida... y creo que es el primero con el cual no conmparto, ya que siento (siendote totalmente sincero antes que adulador) una carga de dramatismo importante en cada oración... que esta lejos de la agusti que se le planta a la crisis, porque, para que són las crisis entonces si no son para reirnos un poco de nosotros mismos y del abismo que tenemos en frente o por el cual caemos.

-Para que sirve caernos?
-Para aprender a levantarnos con nuestras propias manos o con la ayuda de las sogas que nos tiran aquellos que mas nos quieren y se interesan por nosotros...

Porque no aprovechar entonces que estamos en el fondo? ya que con el podemos tomar el impulso para subir a la superficie, cosa que mientras nos hundimos no podemos hacer...

Disculpame si estas te parecen pelotudeces o si son delirios de un boludo que agarra un teclado horas en la madrugada y escribe lo que su sentido común (quizá algo mermado) dicta...

Pero sabés que esto viene del corazón, y de que hago lo imposible para que sea un empujón hacia la superficie o un soga que te facilite nuevamente el ascenso... si es lo que querés o necesitas...

al pié del cañón, como desde hace ya algún tiempito...

Martín.-

Agust dijo...

eeeeeeeeeeeeeeeh
mira como me diste


vos sabes que me cabe la critica
pero hoy
voy contra la misma


puede q sea un poco triste
pero, para empezar, no hay que negar la tristeza.
Es el motivo de la alegría.
Digamos que no hubiese habido un batman, si no estuviera el guason
(vamo' lo guaso!jajaja)

Pero para mi es un texto optimista.

Digo, empezar a escalar... siempre es positivo, no?