viernes, 25 de diciembre de 2009

Se mueve la luz, se mueve...

Tengo en la punta de los dedos una cosquilla.
Soy dueña de una duda y de un movimiento.
Este es mi pulso, este es mi impulso.
Pequeños hijos que balbucean.

Oigo el ruido de un primer motor y el grito saturado de una idea que no comprendo, pero que hace ruido. Te escucho, estamos vivas.

Me huelo las ganas, me las conozco.
¿Cuántas veces me he parado de esta silla ya?
No me voy a desentender. Son mis voluntades las que echan combustible sobre la chispa inicial.

Fuego! Fuego! Ha pasado el invierno.
Fuego! Fuego! Adoro el crujir de mi madera.

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