viernes, 28 de junio de 2013

Hadas del mar

Pensé primero que eran hadas.

Juro que me pareció la explicación más razonable. Eso que saltaba a la par del barco, casi rozando el agua, para sumergirse por varios segundos hasta salir del mar, con gracia mitológica, a retomar su vuelo corto.

El Capitán me reveló el secreto. Eran peces con alas.
Peces voladores, más imposibles que las hadas.

Desde entonces pienso que si los peces pueden volar, yo también puedo hacer lo que quiera.


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