lunes, 28 de abril de 2008

De dos a los que les costaba el lunes

Salí a la calle por la última de las puertas de "Retiro". La estación de trenes aún me protegía del lunes, que siempre se empeña en aturdirme desde temprano. Porque la unidad de ruido que suele aplastarme de martes a sábados, el primer día de la semana, se transforma en ruidos insoportablemente individuales.

Me gritaron todos juntos: el motor del 130, la moneda cayendo; Ramiro corriendo y su madre suplicándole que se detenga; el chasquido de mi encendedor; dos perros; el "Mentisán grande" a cuatro pesos; el diario de hoy; el eco del río cerca; unos cuantos pájaros cantores; ochenta y tres bocinas afinadas en ditintas notas; todas las escobas; cientos de sorbos al café; las impresoras...

Todo lo escuché. Todo el ruido que produce la máquina del lunes a la que le cuesta arrancar, como mí y como a vos.

Me paré en lo alto de Plaza San Martín y me pregunté si todavía podías escuchar los lunes.-

2 comentarios:

Anónimo dijo...

CUanta eternidad sin pasarme por aca!!!que lindo volver a leer esos textos, con ese bocavulario tan de otro nivel jaja

te quiero agus

BESOS!

Anónimo dijo...

Este, me ha gustado mucho, se oye muy fresco!
Fresca , te dirian mis padres. A mi me ha encantado
Particularmente, ya no llego tan sorda los lunes. Ya no voy de fiesta, de juerga, de boliche. como le llames tu.
madresdesesperadas@blogspot.es