
Me gritaron todos juntos: el motor del 130, la moneda cayendo; Ramiro corriendo y su madre suplicándole que se detenga; el chasquido de mi encendedor; dos perros; el "Mentisán grande" a cuatro pesos; el diario de hoy; el eco del río cerca; unos cuantos pájaros cantores; ochenta y tres bocinas afinadas en ditintas notas; todas las escobas; cientos de sorbos al café; las impresoras...
Todo lo escuché. Todo el ruido que produce la máquina del lunes a la que le cuesta arrancar, como mí y como a vos.
Me paré en lo alto de Plaza San Martín y me pregunté si todavía podías escuchar los lunes.-
2 comentarios:
CUanta eternidad sin pasarme por aca!!!que lindo volver a leer esos textos, con ese bocavulario tan de otro nivel jaja
te quiero agus
BESOS!
Este, me ha gustado mucho, se oye muy fresco!
Fresca , te dirian mis padres. A mi me ha encantado
Particularmente, ya no llego tan sorda los lunes. Ya no voy de fiesta, de juerga, de boliche. como le llames tu.
madresdesesperadas@blogspot.es
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