viernes, 4 de abril de 2008

El tren de la alegría


El primer tren lo perdí porque el chico de la boletería no se había despertado del todo y contaba cuatro cinco veces las moneditas que recibía y varias más las que daba de vuelto. En el segundo tren no entré y adelgacé al menos 4 kg. para cuando llegó el tercero, cosa de asegurarme que habría un espacio para mí.

Efectivamente, a fuerza de maña, o a maña de fuerza, me ubiqué sin estrategia en el segundo vagón. Y, dudosamente sin estrategia, como si fuera yo una mesa tendida, me rodearon tres hombres distintos: un jovencito de 19 años, una sonrisa maravillosa usando saco sport y un viejo verde.

A la siguiente estación, con la montonera que entró, ya era inevitable recibir el cariño de mis amorosos carceleros. El jovencito, con la próximidad se puso...nervioso y pequeños capilares rojos se dibujaron en sus mejillas. El viejo, con su gélido aliento a matapolillas sonreía mientras todo la extensión entre su panza y sus rodillas no se despega ni un centímetro de mi propia extensión. Mientras que el saco sport, de frente a mí, no recibía más que mis resoplidos y alguna que otra sonrisa coqueta.

Una estación antes de la terminal, una señora se bajo y tuve la bendita oportunidad de reacomodarme, siempre rodeada por los tres caballeros, pero ya menos apretada. En cuanto pude me separé del líbido y la baba longeva. Con la nostalgia que produce el amor fugaz, el jovencito bajó la mirada y tiñó de pálido sus mejillas, al tiempo que el pudor nos separaba mucho más que la distancia física que habíamos conseguido. Y al lindo... al lindo le dí la espalda.

Porque si, inevitablemnte iba a recibir cariño arriba de ese vagón, al menos prefería elegir quién me lo daba.

3 comentarios:

Mishkila dijo...

Quiero yo viajar con sonrisas así! Con los que viajo, en su mayoría ni ánimo de conquista tienen ya... tristísimo !

Anónimo dijo...

jajaja muy divertido
mis viajes al laburo en general son puteando al colectivero, con mi mp3 para tratar de calmarme y durmiendo hasta q faltan 10 cuadras y pienso p*ta maadreeee, quiero dormir más!

Anónimo dijo...

amiga
yo no se, en mi bondi no viaja NUNCA un pibe lindo...
no se q onda.

pero igual banco mal al 151...

q lindo q esta el blog
hacia un par d dias q no pasaba

oh! te quiero!