Con la ínfima experiencia que los años me han regalado, he comprovado empíricamente, que la diferencia FUNDAMENTAL entre los Adanes y las Evas es que mientras nosotras sabemos retirarnos a tiempo, ellos no saben ni cuando irse ni cuando volver.
Los hombres, provenientes de marte, pueden abandonarnos en el peor momento de nuestras vidas. Caso contrario, las mujeres, provenientes de resto de los dias de la semana, buscamos la "oportunidad" para despedirnos, sabiendo que jamás volveremos llenas de tierra, arrastrándonos y retorciéndonos como babosa a la que acaban de tirarle sal.
Lo que bajo ningún concepto hemos aprendido es a dejar de esperar. Ya desde la Antigua Grecia, Penélope demostró que ninguna del gremio ha dejado de esperar al hombre que no se ha a echado.
Y es ley; no lo dije yo sino mi maestra de 3er grado que "el que se va sin que lo echen, vuelve sin que lo llamen" (También decía que a "echar" lo primero que se le echa es la "H"). Esto una ya lo sabe (lo del que se va, que va a volver y toda esa cosa...lo de la "H" somos poquitas las que lo sabemos!) y por eso, manteniendo la costumbre de Penélope esperamos al hombre que se ha ido, al que nos ha abandonado.
Claro que ya el tema del tejido quedó totalmente obsoleto; más si el Señor en cuestión te ha dejado para irse todo el verano a Pinmaar, y de tejer la bufanda, con los 42º de térmica, te la vas a tener que meter en el mismo lugar donde te metiste al "Loco Lope" cuando se le pudrieron los pelos de pasto. Así que, después de llorar y comer y volver a llorar y volver a comer (la repetición es pura y exclusivamente para acentuar el patetismo), finalemente decidís anotarte en un gimnasio (Gym para las que vive en Zona Norte).
Con el correr de los días, te vas poniendo buena, pero no menos patética. Todavía lo llorás y creés que nunca más te vas a "conectar" con otro como "conectaron" Uds. (Sin referencias a citas logradas a través del MSN....estaba siendo retórica!). Lo esperás mientras mirás el celular cada 4 minutos, y mandas un mensajito o llamás a tu casa sólo para chequear si el aparato funciona. Pero, como está en Pinamar por ahí no tiene señal. Estonces revisas los mails en todos los minutos que sean número par más los impares divisibles por 3. Pero el flaco no aparece.
Mientras tanto vos seguís descargando la angustia, que antes descargabas con 1kg de chocolate tentanción y banana split, en la cinta caminadora, la bicicleta fija, los ejercicios para esto, el aparato para lo otro, y demás deudos. Aprovechás, ahora que estás sola para tomar un poco de sol, mientras escuchas en el mp3 154 millones de veces el tema de Shakira que él dijo, lo hacía acordarse de vos.
Te ves linda, no comés vidrio! Pero no importa mi amor....yo te voy a esperar porque sé que vas a volver! Y optas por esperarlo sentada, en un sillón de la peluquería. Bronceada y con ese paragolpes, el rubio te queda divino.
Lentamente llega marzo, pero de él ni noticias. "Se murió"-pensás. Hay tantos accidentes en la ruta que por qué no pudo haber sido una de las victimas fatales de la inseguridad vial. Pero no, Nena, no tenés tanta suerte. Se olvidó de vos, por eso no te va a responder el teléfono, ni los mails, ni las señales de humo, ni las palomas mensajeras que le mandes.
Y ya está, lo aceptás, y lo dejás de sufrir. Porque te mirás en el espejo y ves lo buena que quedaste después de un veranos a puro Gimnasio, sol y tintura Issue "Rubio Carmín". Te ponés algo escotado, y salís a agitar la coctelera y a mostrar lo parecida que sos a Luciana Salazar y te conseguís otro Señor. Eso sí...a este no lo espero ni medio minuto!
Fin? Nooo...nada es tan fácil en la vida de la gremialista femenina. Porque cuando ya te conseguiste un chongo 2, que será problema pero de acá a unos meses, el Sr. vuelve. Gordo, feucho, con menos pelo. Igual que siempre, sólo que hace un par de meses para vos el mamotreto este era Brad Pitt, haciendo oídos sordos al apodo de "Moustro del tren fantasma" que le habían puesto tus amigas. Sí, sí....el amor es ciego y bastante idiota.
Todo esto nos lleva a deducir que los hombres no van a volver mientras los esperemos. Habrá que dejar de llorarlos y sufrirlos antes de tiempo, cortando el problema de raíz. "El que se fue a Sevilla, perdió su silla" (Otro dicho de mi Seño de 3ero.). Eso sí, no dejes de ir al gimnasio, porque no va a faltar oportunidad para que tengas que salir a mostrar toda tu extensión con el fin de enganchar una víctima nueva!